La mayor parte del daño al medio ambiente se debe al aumento global de la actividad económica. El comercio internacional constituye una porción cada vez mayor de esa actividad creciente, con lo que se convierte en un motor del cambio en el medio ambiente cada vez más importante. A medida que avanza la globalización de la economía y que la naturaleza global de muchos de los problemas ambientales se hace más evidente, la fricción entre los sistemas jurídicos multilaterales que rigen ambos aspectos se hace inevitable.
Este artículo tiene como objetivo iluminar la zona de interacción de estas amplias tendencias entre el comercio internacional y el medio ambiente. Mientras, hay dos verdades fundamentales que deberían hacerse evidentes:
o Los vínculos entre comercio internacional y medio ambiente son múltiples, complejos e importantes.
o La liberalización del comercio no es, de suyo, necesariamente buena ni mala para el medio ambiente. Sus efectos en el medio ambiente dependen, de hecho, del grado en que se logre hacer que los objetivos en materia de medio ambiente y de comercio internacional sean complementarios y se apoyen mutuamente. Una solución positiva requiere el apoyo de las políticas económicas y ambientales apropiadas.
El comercio internacional y el medio ambiente están relacionados en el nivel más elemental porque toda actividad económica se basa en el medio ambiente.
Es la fuente de todos los insumos básicos (metales y minerales, bosques y peces), así como de la energía necesaria para procesarlos. El medio ambiente recibe también los desechos producidos por la actividad económica. Por su parte, el comercio internacional se ve afectado por las preocupaciones en materia de medio ambiente, pues los exportadores deben responder a las presiones de un mercado que exige productos más “verdes”. En otro nivel, el medio ambiente y el comercio internacional están regidos por dos ramas distintas del derecho internacional: el derecho comercial, representado en estructuras tales como la Organización Mundial de Comercio y los tratados regionales de comercio internacional; y el derecho ambiental, expresado en los distintos acuerdos ambientales multilaterales y regionales, y en la normatividad nacional o sub-nacional. La interacción entre estos dos sistemas de derecho es inevitable. El derecho ambiental internacional define cada vez más el modo cómo los países deben estructurar sus actividades económicas (las partes del Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático se han comprometido, por ejemplo, a reestructurar sus economías a fin de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero), y el derecho comercial internacional, por su parte, define cada vez más cómo los países deben establecer sus leyes y políticas internos en áreas como la de derechos de propiedad intelectual, política de inversiones y protección del medio ambiente.
Este artículo tiene como objetivo iluminar la zona de interacción de estas amplias tendencias entre el comercio internacional y el medio ambiente. Mientras, hay dos verdades fundamentales que deberían hacerse evidentes:
o Los vínculos entre comercio internacional y medio ambiente son múltiples, complejos e importantes.
o La liberalización del comercio no es, de suyo, necesariamente buena ni mala para el medio ambiente. Sus efectos en el medio ambiente dependen, de hecho, del grado en que se logre hacer que los objetivos en materia de medio ambiente y de comercio internacional sean complementarios y se apoyen mutuamente. Una solución positiva requiere el apoyo de las políticas económicas y ambientales apropiadas.
El comercio internacional y el medio ambiente están relacionados en el nivel más elemental porque toda actividad económica se basa en el medio ambiente.
Es la fuente de todos los insumos básicos (metales y minerales, bosques y peces), así como de la energía necesaria para procesarlos. El medio ambiente recibe también los desechos producidos por la actividad económica. Por su parte, el comercio internacional se ve afectado por las preocupaciones en materia de medio ambiente, pues los exportadores deben responder a las presiones de un mercado que exige productos más “verdes”. En otro nivel, el medio ambiente y el comercio internacional están regidos por dos ramas distintas del derecho internacional: el derecho comercial, representado en estructuras tales como la Organización Mundial de Comercio y los tratados regionales de comercio internacional; y el derecho ambiental, expresado en los distintos acuerdos ambientales multilaterales y regionales, y en la normatividad nacional o sub-nacional. La interacción entre estos dos sistemas de derecho es inevitable. El derecho ambiental internacional define cada vez más el modo cómo los países deben estructurar sus actividades económicas (las partes del Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático se han comprometido, por ejemplo, a reestructurar sus economías a fin de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero), y el derecho comercial internacional, por su parte, define cada vez más cómo los países deben establecer sus leyes y políticas internos en áreas como la de derechos de propiedad intelectual, política de inversiones y protección del medio ambiente.
3 comentarios:
EL problema es que la gente teme a invertir a largo plazo. Ahora existen proyectos a mediano y largo plazo para la conservación de nuestro medio ambiente, pero mucha gente cree que perderá dinero.
Muy buen blog.
cada vez son más las instituciones que se preocupan por el impacto ambiental, por ejemplo sé que Pepsico mantiene politicas empresariales en favor al mantenimiento del medio ambiente. pepsico tiene una infinidad de marcas que consumimos, vean su página Web (incluso productos vendidos en starbucks)
Marcia
Me parece muy interesante que toquen este tema del medio ambiente ya que es un problema muy grande esto del calentamiento global y que bueno que den a conocer la gran influencia del comercio.
Bodyboarder in love.
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